sábado, 27 de agosto de 2022

Para M., mi dulce luna callada


“Cada noche maravillosa

Es invención nuestra

Cielos infinitos que lentamente giran

La eterna danza de las estrellas

Conjunción de caminos y paisajes desiertos

Argamasa iluminada por la luna

Brillantes edificios de ojos allanados

Calles silenciosas


Apareces como un grito salvaje

Nacido de mi propio y misterioso abismo

Canción intraducible

De las entrañas

De mis más íntimos planetas


Retornas a mí

Como mi dulce luna callada


Es medianoche

Y vigilas mi corazón

Como un sol invisible


Es medianoche

Y me persigues

Ofreciéndome la verdad que necesito 

Velas mi infierno

Afligido y lloroso me despierto

Mi casa oscura está rebosante de cometas.”


Thomas Merton

miércoles, 24 de agosto de 2022

Lo que cuenta es la actitud…

 


“Puedo decir que en toda mi vida, jamás, en ningún momento, he buscado a Dios. Quizás por esta razón , sin duda demasiado subjetiva, es  ́esa una expresión que no me gusta y que me parece falsa.

En la adolescencia pensaba que carecíamos de los datos necesarios para resolver el problema de Dios y que la única forma segura de no resolverlo mal, lo que me parecía el peor de los males, era no plantearlo. Así que no me lo planteaba. No afirmaba ni negaba. Resolverlo me parecía inútil, pues pensaba que lo importante, puesto que estamos en este mundo, era adoptar la mejor actitud posible respecto a los problemas de este mundo. Y esto no dependía del problema de Dios.


Esto era verdad al menos para mí, pues jamás he dudado a la hora de adoptar una actitud; siempre he optado por la cristiana como única actitud posible. Por decirlo de algún modo, he nacido, he crecido y he permanecido siempre en la inspiración cristiana.


Aunque el nombre mismo de Dios no formaba parte de mis pensamientos, tenía respecto a los problemas del mundo y de la vida la concepción cristiana de manera explícita, rigurosa, incluidas las nociones más específicas que tal concepción implica. Algunas de esas nociones están en mí desde hace tanto tiempo como alcanza mi memoria. En cuanto a otras, sé en qué momento, de qué manera y bajo qué forma han surgido en mí.”


Simone Weil

sábado, 20 de agosto de 2022

El yo interior…



 “El yo interior es tan secreto como Dios y, al igual que Él, elude cualquier concepto que intente penetrarlo por completo. Es una vida que no puede sujetarse ni estudiarse como un objeto porque no es “una cosa”. No puede alcanzarse ni obligársela a salir a través de ningún proceso existente, ni siquiera con la meditación.

Todo cuanto podemos hacer con cualquier disciplina espiritual es producir en nuestro interior parte del silencio, la humildad, el desapego, la pureza de corazón y la indiferencia necesarios para que el yo interior haga alguna tímida e imprevisible manifestación de su presencia.”


Thomas Merton

martes, 16 de agosto de 2022

¿Realmente es seguir el camino de la pobreza?

 


“Te puedes desnudar tú mismo, o ser desnudado por otros, pero aun así te defenderás como una fiera y buscarás tu comodidad, ese rato en que nadie te moleste, tu tranquilidad, tu descanso. Ya se trate de libros o de música (la gratificación de los sentidos internos), de comida o bebida, de café o tabaco, no hay una renuncia más fácil que otra.

A veces empezamos a pensar en la pobreza, en emprender el camino en solitario o en comunidades religiosas, vivir con los indigentes… Y cuando esos pensamientos llegan en los cálidos días de la primavera, cuando los niños juegan en el parque y es agradable estar en el exterior, en las calles de la ciudad, sabemos que no estamos sino engañándonos a nosotros mismos, pues nos limitamos a soñar con una forma de lujo. Lo que queremos es el calor del sol y tranquilidad y tiempo para pensar y leer y vernos libres de las personas que nos presionan desde la mañana temprano hasta altas horas de la noche. No; el problema de la pobreza no es simple.


A lo largo de la historia de la Iglesia, los santos han hecho hincapié una y otra vez en la pobreza voluntaria. Pero todas las comunidades religiosas (iniciadas en la pobreza y en condiciones increíblemente duras) empezaron pronto a “prosperar”. Las propiedades se fueron ampliando, hasta que se acumularon tierras y edificios; hay una riqueza corporativa. Es difícil seguir siendo pobre…”


Dorothy Day

sábado, 13 de agosto de 2022

Una fase de maduración de la fe…

 


“La palabra ateo es poco clarificadora. Mucha gente es atea de una determinada imagen o idea de Dios, de un Dios demasiado antropomórfico que nos infantiliza. De esa imagen de Dios yo también soy ateo.

Cito con frecuencia una frase de Rilke: “A pesar nuestro, Dios madura”. Entiendo el ateísmo como una fase de maduración de la fe, para ir hacia un Dios mayor que todas las imágenes o ideas que podamos tener de él. Se trata de descubrir a un Dios más íntimo, porque Dios no solo está más allá de todo sino que está más acá de todo.


No creo que haya unos dentro del templo y otros fuera, sino que todos estamos dentro de este único Templo que es la realidad completa. Es más, los que se creen estar dentro tal vez son los que en verdad están fuera, y los que creen que están fuera en verdad están dentro. Las categorías fuera y dentro son muy insuficientes y son relativas a la perspectiva de quien las determina.”


Javier Melloni

miércoles, 10 de agosto de 2022

Lo esencial es ser humanos…

 


“Todos, hombres y mujeres, tenemos que ser personas. Personas completas, y lo seremos cuando haya reciprocidad entre los hombres y las mujeres, como personas de la misma naturaleza.

Las diferencias están ahí, y es preciso tenerlas en cuenta, pero las diferencias no son decisivas. Lo mismo ocurre con la raza. El hecho de que una persona sea blanca o negra no es decisivo. Es una diferencia, pero no es en absoluto una diferencia esencial. Lo mismo puede decirse de la diferencia entre un francés y un norteamericano; existe, sin duda, pero no es decisiva.


Juzgar a las personas a partir de estas diferencias es impropio e injusto.”


Thomas Merton

lunes, 8 de agosto de 2022

Celibato obligatorio: categorías y autoridad…



Una dirección en la Iglesia formada por varones célibes impuso finalmente en el siglo XI la prohibición del matrimonio para todos los sacerdotes de la Iglesia Occidental.


En la Iglesia Oriental, el clero, a excepción de los obispos, puede casarse y está, por tanto integrado en la estructura social de forma mucho más cercana al pueblo.


En cambio, el clero célibe de Occidente parece totalmente separado del pueblo cristiano, a causa sobre todo del celibato: se trata de un estamento social propio y dominante que, en virtud de su superior “perfección” moral, es antepuesto por principio al estamento laical y solo está subordinado por entero al Papa.”


Hans Küng



jueves, 4 de agosto de 2022

Sacerdocio de la mujer…

 


“Cuando las mujeres hablan del sacerdocio se piensa a menudo que están reclamando poder y cuesta caer en la cuenta de que lo que quieren es vivir su propio ser, su humanidad en la que Cristo también se nos da haciendo a Dios presente y ofreciendo salvación.  El sacerdocio, que no es prerrogativa de ningún sexo, que es llanamente Cristo en nuestra carne, no es un reclamo de poder de nadie, es siempre expresión de lo que somos y lo que nos hace hombres y mujeres, humanidad donada. Y la experiencia nos dice que esta humanidad donada se realiza de modo especial en la mujer, que concibe vida, que la gesta, que la lucha, que la acompaña, que no la deja morir. 

Cuando el sacerdocio volvió al templo de Jerusalén y se convirtió en cosa de varones, quedó bien herido, se salió de su ámbito propio, de la vida, y regresó a su refugio Sancta Sanctorum donde sólo podían acceder el Dios varón y sus escogidos ministros varones. La religión cristiana con sus instituciones se volvió ideología de patriarcado.


La teología feminista, al reconocer el sacerdocio de la mujer propone alternativas que necesitamos para que esta religión cultual, de ritos y dogmas, vuelva a ser Evangelio y espiritualidad liberadora.  Se trata de entender el sacerdocio desde la humanidad de Jesús. El sacerdocio tiene en las mujeres la oportunidad de salir definitivamente del templo, como lo quiso Jesús, y hacer la experiencia de Dios desde el propio cuerpo, en lo cotidiano, en la relación.”


Jairo Alberto Franco Uribe