“Cada noche maravillosa
Es invención nuestra
Cielos infinitos que lentamente giran
La eterna danza de las estrellas
Conjunción de caminos y paisajes desiertos
Argamasa iluminada por la luna
Brillantes edificios de ojos allanados
Calles silenciosas
Apareces como un grito salvaje
Nacido de mi propio y misterioso abismo
Canción intraducible
De las entrañas
De mis más íntimos planetas
Retornas a mí
Como mi dulce luna callada
Es medianoche
Y vigilas mi corazón
Como un sol invisible
Es medianoche
Y me persigues
Ofreciéndome la verdad que necesito
Velas mi infierno
Afligido y lloroso me despierto
Mi casa oscura está rebosante de cometas.”
Thomas Merton