domingo, 31 de julio de 2022

Lo que da sentido a la vida…




“No sé… si la vida es corta

o demasiado larga para nosotros,

pero sé que nada de lo que vivimos tiene sentido

si no tocamos el corazón de las personas.


Muchas veces basta con ser:

regazo que acoge,

brazo que envuelve,

palabra que conforta,

silencio que respeta,

alegría que contagia,


lágrima que corre,

mirada que acaricia,

deseo que sacia,

amor que motiva.


Y eso no es cosa de otro mundo,

es lo que da sentido a la vida.

Es lo que la hace

que no sea corta,

ni demasiado larga,

pero que sea intensa,

verdadera, pura… mientras dure…”


Cora Coralina 

miércoles, 27 de julio de 2022

El reino de Dios se basa en la libertad y el amor…

 


“El verdadero apóstol no predica una doctrina, ni dirige un movimiento, ni se dedica a reclutar miembros para una organización: predica a Cristo, porque ama a los otros y sabe que así puede procurarles felicidad y dar sentido a sus vidas.

El proselitista vende su doctrina porque necesita prosélitos. El apóstol no tiene ninguna ambición para sí mismo, y su fe es tan profunda que no depende de que sea predicada con éxito externo; aunque nadie le crea, el apóstol continuará silenciosa y pacientemente predicando el amor de Dios por el ser humano en Cristo, sin consignas trilladas, sin arrogancia y sin la insoportable insistencia del vendedor.


El reino de Dios no es el reino de aquellos que se limitan a predicar una doctrina o a seguir ciertas prácticas religiosas: es el reino de los que aman. Construir el reino de Dios es construir una sociedad que esté enteramente basada en la libertad y el amor. Es construir una sociedad que se fundamente en el respeto por la persona individual, puesto que solo las personas son capaces de amor.”


Thomas Merton

domingo, 24 de julio de 2022

Imparables…

 


“¿Qué nos dices Miriam de Magdala a las mujeres discípulas de hoy?

Aquí y ahora, te invito a que te hagas la pregunta, si quieres…


Si le dejas, se hará carne de tu carne. Si le dejas, te ayudará a caldear ese frío interior que nos impide caldear el mundo con la presencia del Amado.


Conozco a muchas mujeres hoy que encarnan su espíritu y corren por nuestras calles. Son entre otras, las beguinas de hoy. Dejaron atrás el patriarcado y sus redes e iniciaron grupos para dar oxígeno a muchas mujeres. 


Es un momento histórico apasionante. Lo viejo está reviejo, lo nuevo brotando, madurando.


Las Miriam de Magdala de hoy, muchas tienen teología, predican, escriben, acompañan…somos miles. No salimos en las noticias, ni en las revistas eclesiásticas, no somos importantes para el mundo patriarcal, pero somos el tesoro escondido, la riqueza que salva el cristianismo. Jesús hoy, de nuevo pondría su movimiento en manos de Miriam de Magdala.


Jesús, el Amado, el Resucitado, hoy pone su movimiento emergente en nuestras manos de mujer, de nuevo. Manos de parteras y de predicadoras, manos de discípulas, maestras, profesoras y hermanas.


Somos una revolución, a lo femenino, como ellas, las primeras, en nuestras casas, en nuestros círculos, en las facultades de teología, en educación,  en las redes sociales…somos imparables.”


Magda Bennásar Oliver

jueves, 21 de julio de 2022

Quiero elegir…



 “Desde mi radical limitación y desde mi responsabilidad intransferible, en diálogo abierto y en búsqueda compartida, en medio de la  incertidumbre, quiero ayudarme y ayudar a elegir lo mejor. Es decir:

  1. Quiero elegir cada día y de manera concreta la paz en la justicia, y la justicia en la paz.
  2. Quiero elegir desde mi propio lugar y poniéndome a la vez en el lugar de la otra, del otro, preguntándome siempre: “¿Cómo necesitaría ser tratada/o si me hallara en su lugar?
  3. Quiero elegir una memoria integral y solidaria del pasado, sin olvidar ninguna herida, ninguna injusticia, ninguna llamada ni condición de la paz común justa
  4. Quiero elegir el alivio del dolor más que la posesión de la razón ideológica y que la implantación de un determinado proyecto político.
  5. Quiero elegir la confianza en la buena voluntad y en la capacidad de bondad del adversario o de la adversaria política, o incluso de la persona que me ha infligido un profundo sufrimiento injusto.
  6. Quiero elegir, a pesar de todo, la fe en lo más profundo de mí misma/o, en mi capacidad para sanar las heridas que he recibido y he infligido.
  7. Quiero elegir el perdón de mí misma/o y de los/las demás. El perdón: no la absolución de una supuesta “culpa” ni la exención de un “castigo” supuestamente reparador, sino la confianza en el bien y la bondad como lo más profundo y real de mí mismo. La mirada al futuro y sus posibilidades más que al pasado con sus lesiones. El resentimiento, el castigo y la venganza nos encierran e hieren más. El perdón de sí y del prójimo, el perdón que ofrecemos y recibimos es lo que nos cura y devuelve la paz creadora, fruto y fuente de la justicia.
  8. Quiero elegir el pasito adelante posible, más que la meta, siempre inalcanzable.
  9. Quiero elegir encender una llamita de luz en vez de lamentarme de la oscuridad que me/nos envuelve.
  10. Quiero elegir una palabra, una mirada, un gesto o una acción sencilla que contribuya a que sean posibles y se vuelvan realidad opciones mías y ajenas en favor de la paz y de la justicia.”


José Arregi 

domingo, 17 de julio de 2022

Opinión propia y libre frente a sumisión y lealtad ciega…

 


“Todas las experiencias que he vivido me han enseñado que hay que valorar al individuo, a la persona que desarrolla y preserva su propia manera de pensar, que planta cara a la mentalidad de grupo, a las presiones comunitarias.

Mantener una opinión individual disidente, siendo miembro de un grupo, es la cosa más difícil del mundo. 


Hay mentes originales, claro que sí, personas que siguen su propio camino y que no se rinden ante la necesidad de decir, o hacer, lo que dicen o hacen los demás. Pero son pocas. Muy pocas. De ellas depende la salud, la vitalidad de todas las instituciones. 


La educación es fundamental para liberar a la gente de lealtades ciegas, de la sumisión a eslóganes, a la retórica, a los líderes. 


De la literatura y de la historia podemos aprender a mirarnos a nosotros mismos y a la sociedad en que vivimos con esa visión serena, objetiva, crítica y escéptica que es la única actitud posible para un ser civilizado. Al menos eso han dicho todos los filósofos y los sabios."


Doris Lessing



jueves, 14 de julio de 2022

El cosmos es la Epifanía de Dios…

 


“La mística no está más allá de Dios y del mundo. La mística es Dios y mundo, una unidad indivisible. Este ser no se puede expresar con palabras, imágenes o símbolos porque toda imagen, símbolo o lenguaje sobre el ser están sujetos a cambios constantes, mientras que lo divino permanece inmutable.

La experiencia mística trasforma a la persona radicalmente. La moral se relega a un segundo plano, pues ahora se ve invadida por un amor global hacia todo y hacia todos. El amor se convierte en la norma determinante de todas sus actuaciones. La consciencia mística apunta a la unidad. Quien se experimenta como uno con el prójimo tendrá una base totalmente nueva para la moral.


Todas las religiones son caminos que llevan a la experiencia de lo divino, pero ninguna de ellas puede afirmar que posee el acceso único. Las religiones son como las vidrieras de colores de una iglesia, dan una estructura determinada a la luz que trasluce, que está detrás de ellas. Si no hay luz resultan insignificantes e incoloras. La luz es lo realmente decisivo pero no podemos verla con nuestros ojos. Solamente será visible al descomponerse en colores.


El cosmos es la epifanía de Dios."


Willigis Jäger 

domingo, 10 de julio de 2022

Salir de un cristianismo inmaduro y demandante…

 


“El cristianismo en el que crecí era tan entusiasta como inmaduro. Hoy, mirando en retrospectiva, lo percibo como una oferta afectiva (un dios que te quiere) cubierta con un exagerado ropaje sensacionalista (una espiritualidad aeróbica y en voz alta) que guardaba en los bolsillos una muy precaria y nociva concepción moral, basada en la exigencia sin acompañamiento, en la confrontación sin herramientas y en la sospechosa obsesión de ciertos líderes con ciertos temas.

En algunos, diría que pocos casos, el entusiasmo fue detonante de una búsqueda menos ingenua y de una fe más encarnada. Es gente de la que he aprendido mucho. En otros casos, más que los anteriores, la exigencia y la confrontación se convirtieron en modo de vida y se erigieron en una especie de vigilantes del comportamiento ajeno y reproductores de una versión de cristianismo, ya no entusiasta, menos afectiva, más piadosa y repetitiva, cargada con el mismo añejo moralismo que no da nada pero sí lo pide todo. Los demás, la mayoría, pasaron, llegaron tan rápido como se fueron.


Cuando la experiencia de fe no es un hilo conductor del propio crecimiento como humanos, cuando no es un combustible de tu autenticidad, tu sentido y tu talento; cuando no te pone en marcha hacia convertirte en otro tipo de persona sin jamás dejar de ser tú mismo, cuando el reto no es tener una profunda y milagrosa vida que valga la pena dar, sino mantenerte en el standard de los prejuicios religiosos y de las exigencias morales del grupo, tener arreglada y linda la fachada del testimonio, entonces todo se convierte en potencial de daño, de herida, de trauma.


Y eso es lo que ha pasado con este cristianismo que se resiste a madurar: Vidas amenazadas por lecturas dañinas de la biblia sobre la vida en pareja, la familia o la crianza de los hijos. Maltratos y abusos cometidos con la aprobación del catecismo. Rechazos y discriminación pasivo-agresiva cuidadosamente envueltas en corrección fraterna: "te lo digo por tu bien…”Las prácticas de fe de todos los días convertidas en estrategias para regañar y señalar.


¿Y lo central, esencial, indiscutible de la buena noticia? ¿El anuncio de todo lo bueno y alegre que puede pasar con nuestra vida? ¿La decisión de vivir desde el perdón, curar toda herida, nunca señalar a quien necesita ser protegido de las piedras que le son lanzadas? ¿Hacer del amor la única norma, el único vínculo, la única causa? ¿Dónde queda el centro del centro del cristianismo? Al parecer lo viven mejor fuera de nuestros tan purificados grupos.


Es actual. Pasa ahora. Y está lleno de nombres propios con hondas heridas y de soberbios egos que siguen poniendo la tradición, la estructura y sus alucinaciones místicas por encima de sus herman@s.


Y hoy creo lo mismo sobre todos esos cristianismos inmaduros, demandantes y desfigurados que hemos inventado y a los que no nos cansamos de invitar personas. Si eres imperfecto y se te nota no vayas. Si estás buscando paz en tus batallas ese no es tu lugar. Si el vínculo que han creado contigo gira alrededor de tus errores, huye. Si la parte de la iglesia que estas viendo es una en la que los requisitos son más que los reconocimientos, si es más lo que te dicen que te quites que lo que te invitan a participar y proponer, no tienes nada que hacer ahí. Si algo vital de ti, de tu forma de ser o existir no cabe y sigue oculto o allí no puedes compartirlo, sal ahora.No esperes a que te partan la vida en pedazos, o a que se repartan los pedazos para sus futuras predicaciones.”


Beto Vargas 

miércoles, 6 de julio de 2022

Somos vida…

 


“Por debajo de todos nuestros logros, planes, viajes y conquistas, no tenemos nada salvo la vida. Cuando tomamos agua, cuando en silencio vemos jugar a los niños, cuando caminamos mientras hace frío y sentimos frío, estamos en la vida, somos uno con ella y por eso somos uno con Dios.

Por consiguiente, tengamos lo que tengamos, siempre es suficiente, porque ninguna cosa basta. Pues en el terreno de nuestro ser, vivimos la vida de Cristo. En la base misma de nuestro corazón, Dios se hace presente en nuestra simple presencia a la vida.


El gran peligro de toda espiritualidad es que ésta puede llegar a convertirse fácilmente en un sucedáneo de la presencia a la vida. Con demasiada frecuencia la búsqueda de experiencias religiosas y la promoción de espiritualidades han acabado por ser formas de ejercitarnos en cuidar y alimentar vacas sagradas.”


James Finley

sábado, 2 de julio de 2022

Abrirse a la energía divina…



“El que se encuentra en la presencia de Dios, tiene una oración muda cuya intensidad y efecto superan en mucho la oración consistente en muchas palabras. Es como si nos conectáramos al campo energético de Dios, convirtiéndonos en portadores de energía para los demás.


Hemos de aprender a abrirnos a esa fuente de energía divina a la que todos y cada uno de nosotros estamos conectados.


La persona mística no tiene por qué pertenecer a una confesión. Aunque la mística ligada a una confesión sea la más conocida, no es necesariamente lo más relevante.


Los místicos que no pertenecían a ninguna religión se expresaron con mucha más libertad, mientras que los pertenecientes a alguna confesión (y esto sigue siendo así hoy en día) entran en conflicto con la fijación dogmática de su religión y moral correspondientes.


Por ello, la mística siempre es revolucionaria y molesta, si no herética, a los ojos de la institución, lo cual lleva a los místicos frecuentemente a una confrontación con la religión establecida.”


Willigis Jäger