miércoles, 24 de agosto de 2022

Lo que cuenta es la actitud…

 


“Puedo decir que en toda mi vida, jamás, en ningún momento, he buscado a Dios. Quizás por esta razón , sin duda demasiado subjetiva, es  ́esa una expresión que no me gusta y que me parece falsa.

En la adolescencia pensaba que carecíamos de los datos necesarios para resolver el problema de Dios y que la única forma segura de no resolverlo mal, lo que me parecía el peor de los males, era no plantearlo. Así que no me lo planteaba. No afirmaba ni negaba. Resolverlo me parecía inútil, pues pensaba que lo importante, puesto que estamos en este mundo, era adoptar la mejor actitud posible respecto a los problemas de este mundo. Y esto no dependía del problema de Dios.


Esto era verdad al menos para mí, pues jamás he dudado a la hora de adoptar una actitud; siempre he optado por la cristiana como única actitud posible. Por decirlo de algún modo, he nacido, he crecido y he permanecido siempre en la inspiración cristiana.


Aunque el nombre mismo de Dios no formaba parte de mis pensamientos, tenía respecto a los problemas del mundo y de la vida la concepción cristiana de manera explícita, rigurosa, incluidas las nociones más específicas que tal concepción implica. Algunas de esas nociones están en mí desde hace tanto tiempo como alcanza mi memoria. En cuanto a otras, sé en qué momento, de qué manera y bajo qué forma han surgido en mí.”


Simone Weil