“Que en tu pecho nunca falten razones para existir y brillar.
Que se te inunde la vida de alegría por ser quien eres.
Que encuentres principios a los que nadie pueda poner precio.
Que puedas convertirte en todo lo que te parece valioso.
Que nada en ti nuble el orgullo que dios siente al verte.
Que despiertes con la dosis necesaria de ánimo y entusiasmo cada día.
Que te veas siempre acercándote a tus sueños más inverosímiles.
Que lo más pequeño y simple llene de color tu cotidianidad.
Que no se agote el aire en esos momentos en los que todo sale mal.
Que en cada latido veas como dios pelea por ti.
Que cuando ames no quede una parte de ti sin entregarse.
Que al sostener una mano tengas la fuerza que sostiene los planetas.
Que rompas récords al correr hacia donde te necesitan tanto.
Que en tus trabajos, tareas y acciones quede impregnada tu esencia.
Que se rebose en tus ojos la emoción de dios cuando te encuentra.
Que una chispa repleta de confianza sea el inicio de todo lo que haces.
Que la esperanza sea el mapa con el que defines tu horizonte.
Que la resignación y la derrota nunca encuentren hospedaje en tu cabeza.
Que te sepas capaz, inteligente, valiente, y jamás se te olvide.
Que tengas la certeza de que dios no tiene duda alguna sobre quién eres.
Que el espejo jamás te entregue ni te reciba reproches.
Que todos se alegren de verte tal como has elegido que te vean.
Que todos tus centímetros se abriguen de amor genuino y leal.
Que la piel que eres te permita expresar tus elecciones y promesas.
Que en el camino de habitarte con bondad encuentres al dios que te habita desde siempre.
Que no haya huella en tu pasado que te secuestre la felicidad.
Que sientas cada paso que das, y lo hagas a propósito
Que escribas como quieras tu futuro, y cambies tus estrellas.
Que al final de la vida llegues con la maleta lista y las historias terminadas.
Que en las 700 millones de veces que respires mientras vivas, sepas que el soplo de Dios es el que hace ondear tu bandera.”
Betto Vargas