jueves, 30 de noviembre de 2023

En tiempos oscuros…



 “En tiempos oscuros, tengamos el talento suficiente para arriesgarnos a volar en la noche como los murciélagos.

En tiempos oscuros, seamos lo suficientemente sanos como para vomitar las mentiras que nos obligan a tragar cada día.

En tiempos oscuros seamos lo suficientemente valientes como para tener el coraje de estar solos y lo suficientemente valientes como para arriesgarnos a estar juntos.


En tiempos oscuros seamos lo suficientemente maduros como para saber que podemos ser compatriotas y contemporáneos de todos los que tienen voluntad de belleza y voluntad de justicia, porque no creemos en la fronteras de los mapas ni del tiempo.


En tiempos oscuros, seamos lo suficientemente tercos para seguir creyendo contra toda evidencia, que la condición humana vale la pena.


En tiempos oscuros seamos lo suficientemente locos como para ser llamados locos.


En tiempos oscuros seamos lo suficientemente inteligentes como para ser desobedientes cuando recibimos órdenes contradictorias con nuestra conciencia o contra nuestro sentido común.”


Eduardo Galeano

jueves, 23 de noviembre de 2023

Cuando la religión se absolutiza…

 


“Somos herederos de un pasado en el que espiritualidad y religión se vivían fundidas y confundidas. La religión era (en muchos lugares del mundo, es) una institución tan poderosa que terminó acaparando y controlando todo lo espiritual. El motivo es simple: había constituido el vehículo transportador, la forma histórica en la que aparecía condensada la dimensión espiritual del ser humano. Lo que ocurrió, finalmente, fue que esa forma acabó apropiándose del contenido.

Este proceso produjo, inevitablemente, serias consecuencias, entre las que es necesario destacar dos, que llegan hasta nosotros: la absolutización de la religión y la generación consiguiente de un extendido clima de recelo, cuando no de hostilidad y rechazo, hacia todo lo que sonara a espiritualidad.


La absolutización de la religión no es difícil de entender. Al definirse a sí misma por su referencia a lo divino, se ha presentado como una realidad perteneciente a aquel mismo ámbito absoluto de la divinidad: era, como dios, intocable. De ese modo, se dotaba de un “manto sagrado”, con el que parecía quedar a salvo de cualquier crítica. Y se sentaban las bases de su potencial peligrosidad: quien discrepaba de ella, atraía sobre sí la condena y el castigo de los dioses, que sus propios fieles se encargaban de materializar.”


Enrique Martínez Lozano

domingo, 19 de noviembre de 2023

El desengaño de la sinodalidad: mucho ruido y ningún cambio…



 “Están siendo días de crudo invierno para quienes atisbaban signos primaverales de reforma en la institución eclesial católica. 

El sábado 28 de octubre se hizo pública la síntesis de la primera fase del “Sínodo sobre la sinodalidad” de la Iglesia Católica, el cuarto en los 10 años de este papado. Se esperaban propuestas revolucionarias que podrían suponer un paso decisivo hacia la derogación del clericalismo machista y de la homofobia instalada en la institución eclesial católica.


Tanto mayor ha sido el desengaño. En la síntesis de 37 páginas, no encontramos ni una palabra sobre el acceso de la mujer al poder sacerdotal propio del clero masculino; justo se pide que se “siga investigando” sobre la oportunidad de un diaconado femenino, que en cualquier caso sería un diaconado de mera función, privado de la ordenación diaconal reservada a varones. Tampoco encontramos mención alguna sobre la bendición de los matrimonios homosexuales, ¡cuánto menos sobre su carácter sacramental! No solo no se pide que su amor sea reconocido como sacramento del Amor, sino que ni siquiera se propone que sea bendecido. Es muy duro. Gélido invierno. En cuanto a una posible dispensa del celibato obligatorio de los sacerdotes “en contextos especiales”, solo se dice que necesita “una reflexión más profunda”. Y no se ha sugerido ningún paso adelante en lo que respecta a la readmisión de los curas casados al ministerio sacerdotal.


Sínodo significa “caminar en común”, pero tras dos años nada se ha avanzado, a no ser que llamemos avance a hablar sobre la sinodalidad. Pero ¿merecía la pena tanto derroche de palabra y de dinero, tantas expectativas creadas para seguir donde estábamos?..”


José Arregi 

lunes, 13 de noviembre de 2023

La hondura de lo cotidiano…



 “La vida es un constante adviento que nos pide estar preparados y preparadas para acoger la novedad de Dios en cada momento y situación. La pregunta religiosa fundamental no es tanto ¿dónde está Dios? sino ¿cómo está Dios?.

A veces irrumpe como grito empeñado en hacernos despertar de nuestras somnolencias cómplices, empujándonos a salir de nuestras zonas de confort ante la injusticia, y el olvido de los otros. Otras lo hace con la suavidad de una caricia que nos sana y nos capacita para ser cauces de consuelo y liberación  en las heridas del corazón del mundo y de la historia, a poner en el centro la vida, la  alegría y la esperanza en medio de tanto destrozo del que estamos siendo contemporáneos.


Un Dios que no soluciona nada mágicamentepero nos sostiene en todo y nos lanza siempre guiños desde el abajo y el adentro de la historia. 


Nos desafía a vivir con atención plena y desde la hondura de lo cotidiano.”


Pepa Torres

jueves, 9 de noviembre de 2023

Deja hablar al corazón…




“A veces la vida se hace poema y nos invita:

Deja hablar al corazón,
que los ruidos callen,
que enmudezca el afónico grito de lo mejor
y se exprese, sencillamente, lo que hay,
sin el envoltorio ni el maquillaje de lo bueno.
Que no cale el devastador eco del juicio,
la sorda represión de lo que no tendría que ser.
Que la vida se diga, honestamente,
vestida de fiesta o con harapos,
que la vida se diga amplia y libremente.
Que la vida se diga así, sin nada más,
como está,
como es.”


Esther Fernández Lorente 

sábado, 4 de noviembre de 2023

Muchas reuniones, pero ninguna decisión para el cambio…



 “No es mucho lo que se puede comentar frente al Documento Síntesis de la Asamblea Sinodal. En una primera mirada se puede ver que en la iglesia existen posiciones contrarias y no son menores.

No es una redacción ágil. Resulta pesada y repetitiva. En las convergencias se expresan realidades bastante obvias sobre los temas que se abordan; en las cuestiones que deben abordarse se ven las dificultades de aceptar cualquier modificación sobre esas temáticas y las propuestas consisten en seguir pensando.


Lamentablemente me parece que el documento refleja una Iglesia más preocupada por no dejar sus seguridades que por enterarse seriamente por donde el Espíritu sopla en los signos de los tiempos actuales. Y esto se ve desde el inicio con el mismo tema de la sinodalidad.


Pero nada más llamativo que las reflexiones que la iglesia hace sobre las mujeres. Hablar del acceso al ministerio ordenado está totalmente borrado del documento y al hablar del diaconado sigue la división o polarización que parece insuperable.


Realmente las mujeres somos un tema no resuelto en la Iglesia y no parece que el clero (y también parte del laicado, incluidas algunas mujeres) estén dispuestos a dar un paso al frente.


En conclusión, en este encuentro sinodal no se tomó ninguna decisión y este documento síntesis lo confirma.”


Consuelo Vélez 

miércoles, 1 de noviembre de 2023

La religión como poder…



 “Si sabemos que el ego busca apropiarse de todo lo que halla a su alcance, es comprensible que en la religión encuentre un alimento particularmente apetitoso.

Al remitir a la divinidad, quien se presenta como “mediador” de la misma se ve automáticamente revestido de un poder que, no solo lo sitúa por encima de los demás, sino que con mucha probabilidad le hace entrar en un camino habitualmente caracterizado, a partes iguales, por la vanidad y la hipocresía. Vanidad de quien se considera “elegido” por encima de otros y se apropia de ello. Hipocresía de quien se identifica con el rol y cuida, sobre todo, la imagen, olvidando aquello que, paradójicamente, predica.


Jesús es lúcido en su análisis cuando dice que no os dejéis llamar “maestro”, ni “padre” ni “jefe” (señor). Porque no son títulos cuyo sujeto pueda ser una persona. Todos somos maestros y discípulos a la vez. Todos aprendemos y enseñamos a lo largo de toda nuestra existencia. El único maestro, el único padre, el único señor es la Totalidad, la Vida misma. El sujeto no es ningún yo personal, sino la Realidad transpersonal.


Cuando el ego se apropia de ella, la religión se pervierte y se hace dañina. Solo la comprensión profunda de lo que somos aleja de la pretensión egoica y mantiene en la humildad. Hay luz y desapropiación.”


Enrique Martínez Lozano