“La salvación del hombre no significa que deba despojarse de todo cuanto es humano, que deba descartar su razón, su amor a la belleza, su deseo de amistad, su necesidad de afecto humano, su confianza en la protección, el orden y la justicia en la sociedad, su necesidad de trabajar, comer y dormir.
Un cristianismo que menosprecie estas necesidades fundamentales del ser humano no es realmente digno de tal nombre.
No existe auténtica santidad sin esta dimensión de preocupación humana y social. No basta con entregar donativos deducibles de los impuestos a distintas "entidades caritativas". Estamos obligados a tomar parte activa en la solución de problemas urgentes que afectan globalmente a nuestra sociedad y a nuestro mundo.”
Thomas Merton