sábado, 29 de octubre de 2022

Paz y satisfacción…

 


“Soy la absoluta pobreza de Dios. Soy su vacío, pequeñez, nada, fracaso. Una vez entendido esto, mi vida en su libertad, el autovaciamiento de Dios en mí, es la plenitud de la gracia. Un amor a Dios que no conoce ninguna razón, porque Él es la plenitud de la gracia. Un amor a Dios que no conoce ninguna razón, porque Él es Dios, un amor sin medida, un amor a Dios como persona. Amar a todos y no odiar a nadie: tal es el fruto y la manifestación del amor de Dios. Paz y satisfacción.”


Thomas Merton

miércoles, 26 de octubre de 2022

La luz es nuestra verdadera identidad…



 “La religión nos debería transmitir quiénes somos y cuál es el sentido de nuestra existencia. No debería infundirnos el miedo de un Dios vengativo que nos juzgará al final. Es grave que aún pulule esa imagen primitiva de Dios que causa miedo a la gente.

Pertenecemos a la familia Dios. “Dios” es nuestro apellido. Si nos preguntan: “¿De dónde procedéis?” podemos contestar “Venimos de la luz”.  Y la luz mira a través de nuestros ojos, a menudo oscurecida y desfigurada, pero luz divina.


Allí retornaremos. Deseo y espero que el camino por el que vamos, nos transforme de tal manera que podamos atravesar libres de miedo el umbral que nos separa de la siguiente existencia. Es solamente un umbral. Hemos hablado demasiado de la muerte y del juicio. Y no hemos hablado lo suficiente de la vida eterna, aunque la Escritura rebosa de ella.


Esta luz es nuestra verdadera identidad. Nuestra identidad es la vida de Dios que en el Evangelio se denomina luz. Si fuéramos capaces de reconocer nuestra identidad auténtica, no tendríamos miedo.”


Willigis Jäger 

domingo, 23 de octubre de 2022

La libertad de Jesús…



 “Toda norma trata de poner cauce al comportamiento humano para hacer viable la vida en comunidad. En principio, la ley nace de la atención a las diversas situaciones para velar por el bien común, pero con frecuencia acaba favoreciendo a los que la custodian. Entonces, ciega y muda, se convierte en una usurpación.

La autoridad que el pueblo reconocía en Jesús procedía de la referencia incesante a las personas en nombre de un Dios que quería que cada uno creciera desde la profundidad de sí mismo con y hacia los demás. Su libertad ante la Ley acabará costándole la vida. El orden establecido no pudo soportar la desautorización que suponía para ellos este escuchar a cada uno.


La tentación de toda institución es ponerse a la defensiva y absolutizar su posición frente a los que cuestionan el orden establecido. Entonces entran en pugna poder y libertad.


Jesús se opuso al poder en nombre de la defensa del núcleo irreducible de cada persona, particularmente de los que quedaban excluidos por unos principios implacables que se atribuían a Dios pero que provenían de otros intereses mezquinos.”


Javier Melloni

martes, 18 de octubre de 2022

Dios juez, una imagen mítica…

 


“Pocas imágenes han pervertido tanto la conciencia religiosa como esta de “Dios Juez” que, tal como se enseñaba habitualmente en la predicación y en la catequesis, te estaba vigilando constantemente (“mira que te mira Dios…”), no se le escapaba nada y anotaba todo para darte el castigo merecido. Tal imagen corresponde a un nivel mítico de consciencia, caracterizado (por lo que se refiere a esta cuestión) por la heteronomía, el mérito y la recompensa.

Tal imagen contaminó la conciencia religiosa inoculando en generaciones cristianas sentimientos angustiantes de miedo y de culpa. Como ha quedado dicho, se trata de una imagen mítica, pero extremadamente fácil de grabar en la conciencia y sumamente “eficaz” para sostener la institución religiosa, que poseía el poder de definir el comportamiento moral.


Resultaba fácil de inocular porque se asentaba en la experiencia vivida con las figuras parentales (percibidas como “jueces” que premian o castigan): se trata, sin duda, de un esquema infantil, seguramente ya olvidado, pero no por ello menos activo en la vida adulta. Es sabido que los esquemas o patrones vividos en la infancia quedan grabados a fuego en el cerebro, por lo que tienden a perpetuarse, condicionando nuestro modo de ver y de vivir, hasta que no se “ajustan cuentas” con ellos.


Y se convertía en un eficaz instrumento de sumisión porque la persona que se siente culpable (piénsese en el fenómeno frecuente de los “escrúpulos” en el ámbito religioso) está dispuesta a someterse con tal de liberarse de aquel sentimiento agobiante.


La espiritualidad acaba con la imagen de un “dios juez” y con todo sentimiento de culpa. Se comprende que “Dios” no es un Ente que dirige nuestra vida desde fuera y marca nuestro comportamiento en base a premios y castigos, sino la Realidad última que nos constituye. Por decirlo brevemente, “Dios” no es un Ser, sino un estado de ser. A su vez, esta comprensión muestra el engaño y la perversión de la culpabilidad; lo que emerge, en su lugar, es responsabilidad.”


Enrique Martínez Lozano

domingo, 16 de octubre de 2022

Semillas de Dios…

 


“Cada momento y cada acontecimiento de la vida terrena de todo ser humano siembra algo en su alma. Pues como el viento lleva millares de invisibles y visibles semillas aladas, así la corriente del tiempo lleva consigo gérmenes de vitalidad espiritual que se depositan imperceptiblemente en el espíritu y la voluntad de los seres humanos. La mayor parte de estas innumerables semillas perecen y se pierden, porque las personas no están preparadas para recibirlas; pues semillas tales como éstas no pueden brotar en otra parte sino en el buen terreno de la libertad y el deseo.

Si yo buscara a Dios, cada acontecimiento y cada momento sembrarían, en mi voluntad, granos de Su vida, que un día brotarían en cosecha de milagro.


Si en todas las cosas considero sólo el calor y el frío, la comida o el hambre, la enfermedad o el trabajo, la belleza o el placer, el éxito o el fracaso y el bien o el mal materiales que mis obras han logrado para mi propia voluntad, sólo hallaré el vacío, no la felicidad. No seré nutrido, no hallaré plenitud. Pues mi alimento es la voluntad de Aquel que me hizo y que hizo todas las cosas para darse a Sí mismo a mí a través de ellas.”


Thomas Merton 

martes, 11 de octubre de 2022

Poner fin a la marginación de la mujer en la iglesia católica…



 “La iglesia nunca tomó en serio a las mujeres, a pesar de ser siempre mayoría en ella. Al excluir a las mujeres de los mismos cargos y funciones que ostentan los hombres en la Iglesia, estamos apoyando modelos de patriarcado y de machismo también en la sociedad. La iglesia debería ser la primera en tener en todas sus estructuras eclesiales el 50 % de mujeres, en paridad con los hombres. Que hagan unas lecturas o impartan la comunión es una insignificancia.

Mucho hablar de la dignidad de la mujer, e incluso nombrar a una religiosa, Raffaela Petrini secretaria general del Gobierno del Estado de la Ciudad de Vaticano, pero de admitirla a los ministerios ordenados, nada de nada.  De no dar pasos en esta dirección, el patriarcado seguirá en pleno vigor en la Iglesia, y los altos cargos vaticanos seguirán en manos de hombres ordenados, considerándose en la práctica siempre superiores a las mujeres.


Afortunadamente ya hay mujeres que van tomando nota de sus derechos y dignidad en la Iglesia, y por lo menos el Consejo de Mujeres Católicas, que reúne a más de 60 organizaciones de mujeres, entregó estos días al Vaticano el informe de conclusiones del Sínodo de Mujeres.


En el documento exigen al Vaticano “desenmascarar las ideologías y teologías que justifican erróneamente el sexismo, el racismo, el clasismo y todas las formas de opresión o dominación”, así como lograr que la estructura vaticana reconozca “los vínculos entre el colonialismo, el patriarcado y las estructuras de la Iglesia de hoy, y trabajar para desmantelarlas, para que todos puedan participar con igualdad y alegría en la vida de la Iglesia”.


El objetivo es “renovar las estructuras de la Iglesia y las leyes canónicas” para “proteger los derechos de todos los miembros de la Iglesia, independientemente de su género o identidad sexual, y no sólo los derechos de los sacerdotes y obispos”. Por ello, insisten, es urgente “erradicar el clericalismo” y aplicar la “tolerancia cero de cualquier forma de abuso”.


Es necesario “crear una estructura y un entorno que permita a la Iglesia convertirse en un líder mundial en la defensa y el modelado de los derechos humanos integrales, en particular aquellos que protegen a las mujeres contra la violencia, el extremismo y los límites a su libertad” y “permitir la plena participación en la vida y el ministerio de la Iglesia de todos aquellos que se identifican como LGBTQI+.”


Faustino Vilabrille

sábado, 8 de octubre de 2022

Ser totalmente humanos…



 “En el camino espiritual se da una irrupción a la vida. Es como la floración del cerezo: ayer estaba todavía pelado y de repente, de la noche a la mañana, se abren miles de flores y luce un blanco purísimo. Nadie puede producir algo así, pues viene del interior.

Asimismo, la experiencia de la Realidad plena es la irrupción de la vida desde el interior. Hay un proverbio chino que viene al caso: "Le dije al almendro que me hablara de Dios. Y comenzó a florecer". Esto es lo que el ser humano debería poder decir también de sí mismo: comencé a ser totalmente humano.


En el fondo no se trata de otra cosa que de nuestra plenitud como seres humanos. Hemos nacido como personas para poder crecer y madurar hacia una existencia más amplia. Éste es el motivo real de nuestra existencia aquí. La verdadera falta que se comete es pasar por alto este deber de nuestra vida.”


Willigis Jäger

lunes, 3 de octubre de 2022

Ámate…



 “Jesús, que es una nueva creación, llama a todas las personas a la reconciliación consigo mismas, con los demás y con la créación.

La primera de todas, la reconciliación con uno mismo, el auténtico amor por uno mismo, no debe ser subestimada. Jesús enseñó a la gente a amarse a sí misma, a perdonarse, a reconocer la belleza divina y la cualidad de persona real en sí misma.


Es aquí donde uno empieza a aprender a amar a Dios, como lo atestigua el psicólogo Otto Rank: “Ser amados por Dios, lo cual se manifiesta como amor a Dios, sólo puede experimentarse sobre la base de la aceptación de nosotros mismos”.


Jesús libera a las personas del odio hacia sí mismas y del masoquismo. Las libera para que sientan compasión de sí mismas. De este modo, nos libera del pesimismo, que, como señala Rank, es la base del sadismo.


Al invitar a las personas a amar a los demás como se aman a sí mismas, Jesús incluye tanto la indispensable compasión por el yo como la compasión por los demás.”


Matthew Fox