“La religión nos debería transmitir quiénes somos y cuál es el sentido de nuestra existencia. No debería infundirnos el miedo de un Dios vengativo que nos juzgará al final. Es grave que aún pulule esa imagen primitiva de Dios que causa miedo a la gente.
Pertenecemos a la familia Dios. “Dios” es nuestro apellido. Si nos preguntan: “¿De dónde procedéis?” podemos contestar “Venimos de la luz”. Y la luz mira a través de nuestros ojos, a menudo oscurecida y desfigurada, pero luz divina.
Allí retornaremos. Deseo y espero que el camino por el que vamos, nos transforme de tal manera que podamos atravesar libres de miedo el umbral que nos separa de la siguiente existencia. Es solamente un umbral. Hemos hablado demasiado de la muerte y del juicio. Y no hemos hablado lo suficiente de la vida eterna, aunque la Escritura rebosa de ella.
Esta luz es nuestra verdadera identidad. Nuestra identidad es la vida de Dios que en el Evangelio se denomina luz. Si fuéramos capaces de reconocer nuestra identidad auténtica, no tendríamos miedo.”
Willigis Jäger