“Cuando tú no estás
Los leños de las vías se pliegan sobre sí
Quedando los vagones sin hora de salida
En un hangar sin fin
Cuando tú no estás
Se achican los abrazos, se seca el manantial
No hay lumbre en las canciones
La lámpara del faro desiste de alumbrar
Pero, por suerte para el mundo y para mí
Tú siempre estás, siempre estás
Pero, por suerte para el mundo y para mí
Tú siempre estás, siempre estás, siempre
Cuando tú no estás
Las hojas de los tilos se ausentan de su don
Y en todos los lugares dormitan escondidos
Los pájaros sin voz
Cuando tú no estás
La estancia se oscurece y se acentúa el mar
Vacías las ciudades, océanos sin peces
Cometas sin volar
Pero, por suerte para el mundo y para mí
Tú siempre estás, siempre estás
Pero, por suerte para el mundo y para mí
Tú siempre estás, siempre estás, siempre
Siempre.”
Pedro Guerra