“No vemos a Dios en la contemplación: Lo conocemos mediante el amor; pues Él es puro Amor y, cuando saboreamos la experiencia de amar a Dios por sí mismo únicamente, sabemos por experiencia Quién y qué es.
Una de las peores cosas que ocurren en un inoportuno esfuerzo por compartir con otros el conocimiento de la contemplación es el presuponer que todos querrán ver las cosas desde tu punto de vista, cuando, en realidad, no lo querrán. No tiene ningún sentido intentar que gente con diferente visión se entusiasme con respecto a la clase de vida interior que significa tanto para ti.
Se privará a sí mismo y privará a otros de hallar el verdadero camino hacía la paz de Dios.
En primer lugar sustituirá la realidad de la luz que hay en él por su entusiasmo e imaginación naturales, y lo absorberá la tarea de comunicar algo que es prácticamente incomunicable; y corre el riesgo de ser llevado lejos de la simple luz y silencio en que se conoce a Dios sin palabras ni conceptos y de perderse en razonamientos, lenguaje y metáforas.”
Thomas Merton