“Las personas de fe saben en teoría que Dios es completamente trascendente, pero a veces parecen suponer que saben con exactitud quién es «él» y qué piensa, ama y espera. Tenemos tendencia a querer dominar y domesticar la «alteridad» de Dios.
Todas las religiones del mundo insisten en que la espiritualidad verdadera debe expresarse consecuentemente en la compasión práctica, en la capacidad de sentir con el otro. Si una idea convencional de Dios inspira empatía y respeto por todos los demás, está cumpliendo su función.
Una de las condiciones de la iluminación ha sido siempre la disposición a abandonar lo que pensamos saber para apreciar verdades que nunca habíamos imaginado. Podemos tener que desaprender mucho de la religión antes de que podamos avanzar hacia una nueva comprensión.
No es fácil hablar de lo que llamamos «Dios», y la búsqueda religiosa empieza a menudo con la disolución deliberada de los patrones ordinarios de pensamiento.”
Karen Armstrong