Hasta que la Jerarquía reconozca y valore a la mujer en toda su dignidad e igualdad con el varón para ejercer toda la actividad eclesiástica, en todas sus dignidades, la iglesia católica no será sacramento real de Cristo…
Hasta que la Jerarquía reconozca y valore a la mujer en toda su dignidad e igualdad con el varón para ejercer toda la actividad eclesiástica, en todas sus dignidades, la iglesia católica no será sacramento real de Cristo…
Una Iglesia que pone el poder en su centro, cierra las puertas y las ventanas al amor, a la ternura y la compasión. La persona célibe es funcional a este tipo de Iglesia, porque ésta niega al celibatario aquello que le hace más profundamente humano, el amor, la ternura, el encuentro afectivo con las personas, lo que sería más fácilmente propiciado si los sacerdotes estuviesen casados. Se vuelven totalmente disponibles a la institución, que tanto puede enviarlos a París como a Corea del Sur.
El celibato implica cooptar al sacerdote totalmente al servicio no de la humanidad, sino de este tipo de Iglesia. Sólo deberá amar a la Iglesia.
Mientras perdure esta lógica de poder absolutista y centralizador, no esperemos que la ley del celibato sea abolida, por más escándalos que ocurran. El celibato es demasiado cómodo y útil para la institución eclesiástica.
Pero, ¿cómo queda entonces el sueño de Jesús de una comunidad fraterna e igualitaria? Bueno, eso es otro problema, tal vez el principal. Desde ahí plantearíamos diferentemente la cuestión del celibato y del estilo de Iglesia que sería más adecuado a su mensaje libertador.”
Leonardo Boff
“Jesús adoptó ante las mujeres una actitud tan sorprendente que desconcertó incluso a sus mismos discípulos. Si algo se desprende con claridad de su actuación es que, para él, hombres y mujeres tienen igual dignidad personal, sin que la mujer tenga que ser objeto del dominio del varón.
Sin embargo, los cristianos no hemos sido todavía capaces de extraer todas las consecuencias que se siguen de la actitud de nuestro Maestro. El teólogo francés René Laurentin ha llegado a decir que se trata de «una revolución ignorada» por la Iglesia.
Por lo general, los varones seguimos sospechando de todo movimiento feminista, y reaccionamos secretamente contra cualquier planteamiento que pueda poner en peligro nuestra situación privilegiada sobre la mujer.
En una Iglesia dirigida por varones, no hemos sido capaces de descubrir todo el pecado que se encierra en el dominio que los hombres ejercemos, de muchas maneras, sobre las mujeres. Y lo cierto es que no se escuchan desde la jerarquía voces que, en nombre de Cristo, urjan a los varones a una profunda conversión.
Los seguidores de Jesús hemos de tomar conciencia de que el actual dominio de los varones sobre las mujeres no es «algo natural», sino un comportamiento profundamente viciado por el egoísmo y la imposición injusta de nuestro poder machista.”
José Antonio Pagola
Lo divino descansa en cada persona como una semilla. Tal y como se desarrolló en la persona de Jesucristo ha de despertar y desarrollarse en cada uno de nosotros. Jesucristo era completamente transparente. Dios se translucía en él, se manifestaba en él. Esto mismo nos debería pasar a nosotros. Dios quiere desarrollarse, mostrarse, obrar y manifestarse en nosotros.
Jesús vino para curarnos de la opinión errónea de vivir separados de Dios. En definitiva se trata de admitir lo divino en nosotros. El esfuerzo ético sirve al desarrollo de aquello que vive en nosotros, para que el actuar de la persona se vuelva un actuar de Dios”.
Willigis Jäger
“El cosmos, con el ser humano como su punto culminante provisional, es la automanifestación progresiva y cada vez más rica de una Realidad Espiritual Originaria.
No es posible captar en conceptos esta realidad originaria, como el pensamiento humano trata de hacerlo con todas las cosas. Los conceptos menos falsos con que se puede hablar de esta realidad original parecen ser los de vida y amor. Así nos encontramos con la tradición creyente condensada en la fórmula “Dios es amor”.
Al pronunciar esta confesión de fe, la comunidad creyente se confía totalmente en la experiencia de Dios que tenía Jesús. En su interioridad más profunda vivía él a Dios como un amor sin condiciones.
Cuanto más uno se deja guiar por el amor desinteresado, tanto más se vuelve un solo ser con Dios que es amor y vida.”
Roger Lenaers
“¿Qué quiero decir cuando digo Dios, cuando digo que creo y quiero creer en Dios? No me refiero a una realidad frente a la realidad del mundo, un sujeto personal frente a otros sujetos, un Ente Supremo y masculino, creador y regidor del mundo...
Cuando digo Dios quiero decir: el Misterio bueno e indecible que lo habita todo, el Fondo infinito de todo lo real.... el Amor liberador que alienta en el corazón del mundo que gime, el “Reino de Dios” del que hablaba Jesús como la realidad última oculta y presente y activa en todo: en la flor del viñedo, en la espiga del trigo, en el zorzal que canta, en la sonrisa de un bebé, en las lágrimas de un desahuciado, en el drama de un refugiado, en la acción de un profeta.”
José Arregi
“Hoy es el decimocuarto aniversario de mi ordenación sacerdotal. Me gustaría decir que han sido años de crecimiento e integración. Por desgracia, no ha sido así.
Han sido años de relativa felicidad y productividad en la superficie, pero cada día comprendo mejor la profundidad de mi frustración y la aparente resolución de mi derrota.
Ciertamente, no he encajado en el molde convencional (incluso tradicional). Lo cual quizá sea bueno. Pero la frustración es la misma. En un sentido muy real, tengo la sensación de que toda mi vida ha sido una mentira, una mascarada. Con todas mis torpes tentativas por ser sincero, en realidad no he hecho nada por cambiar esta situación.
Lo cierto es que me encuentro fatigado. Me desanimo fácilmente. Las depresiones son más profundas, más frecuentes. Estoy a punto de cumplir los cincuenta. La gente piensa que soy feliz.
He evitado con terquedad que el sacerdocio me absorbiera por completo, y no sé si has ido por cobardía o por integridad. Y no creo disponer de ninguna forma concreta de decirlo.”
Thomas Merton (Diarios)
“Para encontrarnos con el Dios vivo y verdadero a quien poder entregar el corazón necesitamos negar a aquel Dios construido por el imaginario religioso y atrapado en las redes de la doctrina.
Después de habernos sumergido en Dios y haber sentido cómo nace de dentro mismo de nuestro corazón, podremos libremente reasumir las metáforas con las que nos acercamos al Misterio.
Aun sin un nombre adecuado, Dios arde en nuestro corazón e ilumina nuestra vida. Entonces no necesitamos ya creer en Dios, sabemos simplemente de su existencia porque lo experimentamos.”
Leonardo Boff
“Propongo el siguiente decálogo de las transformaciones que considero necesarias en el seno de la Iglesia católica como condición necesaria para que el cristianismo pueda recuperar la credibilidad perdida.
1. Enraizarse en su origen cristiano conforme al evangelio de Jesús de Nazaret, proseguir sus prácticas de liberación en el mundo injusto y desigual en el que perviven, e incluso crecen, las desigualdades de etnia, cultura, religión, clase social, género, identidad sexual, etc.
2. Renunciar al patriarcado en el que está instalada la Iglesia católica, utilizar un lenguaje inclusivo e incorporar a las mujeres a todos los ministerios y funciones eclesiales.
3. Renunciar a la exclusividad confesional y a la autor-referencialidad, practicar el ecumenismo con acciones verdaderamente ecuménicas como la abolición tanto de todas las excomuniones recíprocas como de las condenas a teólogas y teólogos católicos, la plena hermandad eucarística y el reconocimiento de los ministerios de las iglesias cristianas hermanas.
4. Renunciar al eurocentrismo y al imperialismo romano, aprender de otras religiones y reconocer una autonomía adecuada a las iglesias nacionales, regionales y locales.
5. Apoyar un orden social mundial justo, crítico del neoliberalismo y de la necro-política, que elimine la brecha cada vez mayor entre personas y países ricos y pobres.
6. Defender un orden mundial respetuoso del pluriverso cultural, religioso, étnico y afectivo sexual, sin aporofobia, xenofobia ni racismo epistemológico, social o económico, ni lgtbi-fobia.
7. Abogar por un orden mundial fraterno-sororal con igualdad de derechos y responsabilidades de hombres, mujeres y otras identidades afectivo sexuales, más allá de la heteronormatividad y de la binariedad sexual.
8. Trabajar por un orden mundial que construya la paz basada en la justicia y contribuya a la resolución de los conflictos a través de la negociación y del diálogo.
9. Comprometerse en la construcción de un orden mundial que reconozca y respete la dignidad, la integridad y los derechos de la Tierra y la hermandad de los seres humanos con todos los seres del Planeta.
10. Potenciar el diálogo y la paz entre las religiones y las naciones como contribución a la paz mundial y alternativa al choque de civilizaciones y a las guerras de religiones, que todavía existen.”
Juan José Tamayo
Y solo así parece entenderse el significado de la llamada “Última Cena”, en la que Jesús, tomando el pan, dijo: “Esto soy yo”. El pan, alimento básico de aquella cultura, era un símbolo de todo lo real. Con lo cual, Jesús estaría diciendo: “No hay nada que no sea yo”.
A quien le extrañe este modo de presentarlo, puede recordar una expresión de Jesús, del todo equivalente a esta, que aparece recogida en el Evangelio de Tomás, donde el Maestro de Nazaret afirma: “Yo soy todas las cosas”. Quien habla así es alguien que ha comprendido experiencialmente la verdad de lo que somos.
Más allá de creencias, ritos, incluso parafernalias que han ido añadiéndose a lo largo de los siglos y que, en gran medida, han desvirtuado el significado original, la eucaristía es la celebración de la unidad, que nace de la comprensión de lo que somos y que se plasma en compasión eficaz al servicio del necesitado.”
Enrique Martínez Lozano
“Voy a seguir creyendo, aún cuando la gente pierda la esperanza.
Voy a seguir dando amor, aún cuando otros siembren odio.
Voy a seguir construyendo, aún cuando otros destruyan.
Voy a seguir hablando de paz, aún en medio de una guerra.
Voy a seguir iluminando, aún en medio dela oscuridad.
Y seguiré sembrando, aún cuando otros pisen la cosecha.
Y seguiré gritando, aún cuando otros callen.
Y dibujaré sonrisas, en rostros con lágrimas.
Y transmitiré alivio, cuando vea dolor.
Y regalaré motivos de alegría, donde solo haya tristeza.
Invitaré a caminar a quien decidió quedarse.
Y levantaré los brazos, a quienes se han rendido.
Porque en medio de la desolación, habrá un niño que nos mirará,
esperando, esperando algo de nosotros.
Y aún en medio de una tormenta,
por algún lado saldrá el sol.
Y en medio del desierto crecerá una planta.
Siempre habrá un pájaro que nos cante, un niño que nos sonría y
una mariposa que nos brinde su belleza.”
Mahatma Gandhi