“El cosmos, con el ser humano como su punto culminante provisional, es la automanifestación progresiva y cada vez más rica de una Realidad Espiritual Originaria.
No es posible captar en conceptos esta realidad originaria, como el pensamiento humano trata de hacerlo con todas las cosas. Los conceptos menos falsos con que se puede hablar de esta realidad original parecen ser los de vida y amor. Así nos encontramos con la tradición creyente condensada en la fórmula “Dios es amor”.
Al pronunciar esta confesión de fe, la comunidad creyente se confía totalmente en la experiencia de Dios que tenía Jesús. En su interioridad más profunda vivía él a Dios como un amor sin condiciones.
Cuanto más uno se deja guiar por el amor desinteresado, tanto más se vuelve un solo ser con Dios que es amor y vida.”
Roger Lenaers