jueves, 19 de noviembre de 2020

La vida y la tierra son liturgia y culto verdadero...


“La creación tiene lugar siempre. El principio de la creación es la Presencia eterna aquí y ahora. La creación es esa energía originaria, fuente de toda energía física, que trasciende y habita todo tiempo y espacio, que nos hace ser con todo lo que es. Es la energía originaria que hace que todo esté siendo creado y a la vez creador. Nada se crea sino a través de la “materia” animada de energía.

El Espíritu divino “aletea” o vibra en todo. Lo envuelve y alienta cuanto es. El Espíritu no se opone a materia, sino que la vuelve matriz, energía creadora.

El dinamismo creador del cosmos en su totalidad, de la Tierra en particular para nosotros, y la vida que emerge en formas siempre nuevas, es como una gran liturgia, “oficio divino”.


La creación en marcha, el Ser desplegándose en los seres, la Vida manifestándose en todos los vivientes, es el culto verdadero.


Las religiones y todos sus cultos son constructos humanos. La tierra en el Cosmos, la vida de los vivientes, el ser de todos los seres es la liturgia primordial, el culto y la oración originaria, sin necesidad de templos ni de libros, ni sacerdotes ni dioses. El cosmos inmenso que desconocemos, la Tierra madre que nos engendra, sostiene y alimenta es el gran libro de la “revelación”.


La Tierra ora creándose. Somos Tierra de Dios, creada, creándose, creadora. Somos Adán (adamá, “tierra”). Somos Eva (“viviente”, “vida”, relación, cuidado, atención). Somos humanos si nos sabemos y somos auténtico humus. Somos hermanos si somos humildes como la tierra y el agua. Eso es crear, eso es orar.”


José Arregi