martes, 11 de agosto de 2020

Sabiduría: flexibilidad y capacidad de modificación...


 “La persona sabia no es rígida en sus ideas ni opiniones. Porque no se identifica con su mente, no pone en ellas su seguridad y sabe que, en última instancia, toda creencia es solo una construcción mental sin valor en sí misma.


Es flexible y modifica sus opiniones o creencias anteriores, en virtud de nuevos datos que le abren a un horizonte de más verdad.


Sin embargo, eso no significa que todo le importe igual. De la misma manera que no es rígida, tampoco se mueve en un relativismo vulgar en el que todo da lo mismo.


Entre la rigidez dogmática que absolutiza las propias creencias y el relativismo extremo que niega la misma posibilidad de verdad, la persona sabia comprende que todas nuestras expresiones son relativas porque son “situadas”, es decir nacen en un tiempo y un espacio concretos.


No se niega la verdad. Esta es una con la realidad: la verdad es lo que es. Pero lo que nuestra mente percibe son solo perspectivas y lo que nuestra boca puede expresar son únicamente opiniones.


La paradoja puede expresarse de este modo: la verdad es, pero la mente no puede atraparla.


El olvido de cualquiera de los dos elementos de esa paradoja nos confunde y produce sufrimiento. El absolutismo dogmático genera fanatismos de todo tipo, enfrentamientos estériles y descalificaciones dolorosas. El relativismo, por su parte, introduce en el absurdo y peligroso mundo de las fake news y la posverdad.


La paradoja es el sello de todo lo profundo y nos constituye a nosotros mismos. En nuestro caso, las “dos caras” de la paradoja se expresan como “personalidad” (nivel psicosomático) e “identidad” (nivel profundo).


Somos esos “dos niveles”, y la sabiduría consiste en reconocerlos y articularlos de manera adecuada y armoniosa en nuestro vivir cotidiano.


Esta comprensión (y no las ideas, opiniones o creencias que podemos tener) es la fuente de seguridad. Y el manantial de donde brota, de manera armoniosa, la pasión por la verdad y la denuncia de creencias erróneas, el amor y el respeto, la solidaridad y el compromiso…”


Enrique Martinez Lozano