“Es hora ya de que las iglesias cristianas devuelvan a las mujeres el protagonismo que tuvieron en el movimiento de Jesús y en el cristianismo primitivo.
Afirmaba la pensadora feminista Mary Daly: “Si Dios es varón, el varón es Dios”. Hoy se sigue presentando a Dios como varón, que solo se deja representar por varones y convierte a éstos en “masculinidades sagradas”, en contra del relato de la creación del Génesis que habla del hombre y de la mujer creados a imagen de Dios.
Se continúa patriarcalizando a Jesús de Nazaret, convirtiendo un hecho biológico en principio teológico que excluye a las mujeres de toda representación jesuánica. La patriarcalización de Dios y de Jesús se traduce en organizaciones cristianas jerárquico-patriarcales, que, en un círculo vicioso, legitiman, apoyan y refuerzan el patriarcado político, familiar, moral, educativo, etc.
Tenemos una tarea urgente: despatriarcalizar a Dios, a Jesús de Nazaret y a las organizaciones cristianas. Es condición necesaria para recuperar el cristianismo igualitario de María Magdalena y re-crear iglesias libres de discriminaciones de género, identidad sexual, clase social, etnia, etc. Dicha tarea hemos de llevarla a cabo en sintonía y colaboración con los movimientos feministas, que deben apoyar la causa de la igualdad en las iglesias y las religiones.”
Juan José Tamayo