lunes, 16 de septiembre de 2019

Sin conocer el final...


"El suelo en el que puede comenzar la mente meditativa es el suelo de la vida cotidiana, la lucha, el dolor y la alegría fugaz. Debe comenzar allí, y traer orden, y desde allí moverse sin cesar. Pero si solo le preocupa hacer un orden, entonces ese mismo orden traerá su propia limitación, y la mente será su prisionera. En todo este movimiento, de alguna manera debes comenzar desde el otro extremo, desde la otra orilla, y no siempre preocuparte por esta orilla o cómo cruzar el río. Debes zambullirte en el agua, sin saber nadar. Y la belleza de la meditación es que nunca sabes dónde estás, a dónde vas, cuál es el final."

Krishnamurti