“Con independencia de los retoques legendarios que posteriormente se añadieran al relato de los milagros, lo que desde un punto de vista histórico está acreditado es que Jesús encontraba palabras y gestos adecuados para hacer volver a la vida a las personas que se acercaban a él.
Su osadía y su franqueza le costaron la vida, pero hizo comprender a la humanidad que la verdadera línea divisoria entre los hombres no discurre entre la virtud y el vicio, la santidad y el pecado, la ortodoxia y la heterodoxia, sino que lo importante era comprender, comprenderse a uno mismo y comprender a las personas que tenemos a nuestro lado, pase lo que pase, y curar mediante esa comprensión.
Cómo escapar del círculo vicioso del miedo y la desesperación para adoptar una actitud confiada y esperanzada: desde esta pregunta se gana la perspectiva desde la que distinguir con total nitidez el perfil del hombre de Nazaret.”
Eugen Drewermann