“La contemplación no encuentra simplemente una idea clara de Dios, lo encierra dentro de los límites de esa idea y lo mantiene allí como un prisionero al que siempre puede volver.
Todo lo contrario: la contemplación es llevada por Dios a su reino, su misterio y su libertad. Es un conocimiento puro y virginal, pobre en conceptos, más pobre todavía en razonamientos, pero capaz, por su misma pobreza y pureza, de seguir a la Palabra dondequiera que vaya.”
Thomas Merton