“La gente va a los templos
a saludarme…
¡Qué simples e ignorantes son mis hijos,
que piensan que vivo aislado!
¿Por qué no vienen y me saludan
en la procesión de la vida, donde yo habito,
en las granjas, en las fábricas y en el mercado,
donde aliento a los que ganan el pan con el sudor de su frente?
¿Por qué no vienen y me saludan
en las barracas de los pobres,
y me encuentran bendiciendo a los pobres y necesitados
y secando las lágrimas de las viudas y los huérfanos?
¿Por qué no vienen y me saludan
al borde del camino,
y me encuentran bendiciendo al mendigo que pide pan?
¿Por qué no vienen y me saludan
entre aquéllos que son pisoteados por los orgullosos de alma y poder,
y me contemplan sosteniendo su sufrimiento y derramando compasión?
¿Por qué no vienen y me saludan
entre las mujeres hundidas por la sumisión y la violencia
entre las que me siento para bendecirlas y levantarlas?
Estoy seguro de que nunca pueden echarme de menos
si intentan encontrarme entre el sudor y la lucha por la vida
y en las lágrimas y las tragedias de los pobres.”
Kushdeva Singh