jueves, 7 de abril de 2022

Todo está en proceso…



El ser humano tiende connaturalmente a Dios tal como una planta busca la luz del sol. Pero lo bello e increíblemente asombroso y misterioso de eso es que Dios también tiende hacia nosotros. Somos inseparables. Dios se hace en nosotros tanto como nosotros nos hacemos en Dios.

Este hacernos mutuo es esa “liquidez”, esa fluidez del Espíritu tomando forma en nosotros. Todo está en movimiento, todo está en proceso. No estamos ante el fin del mundo, sino ante el fin de un mundo. Aquellos que conocieron la solidez de este mundo que acaba se angustian ante esta liquidez, pero aquellos que miran hacia el mundo que comienza, se bañan y se entregan a esta fluidez. 

Tal vez habría que matizar o indagar más en la distinción entre una “liquidez” disolvente y destructiva, y una “fluidez” portadora de nuevas formas de vida. Creo que nos falta todavía perspectiva para distinguirlas sin marcarlas con nuestros prejuicios.”


Javier Melloni