martes, 7 de diciembre de 2021

No basta un retoque estético…


“Muchos creemos que la Iglesia actual está en un estado quizás catatónico, desorientada frente al mundo, la realidad y el presente. Y no sabe qué hacer más que reaccionar espasmódicamente frente a algunos hechos urgentes (el caso de los migrantes es, evidentemente, uno de ellos) pero como “comunidad organizada” no parece saber dónde está ni, mucho menos, hacia donde va.

Y, en ocasiones, haciendo supuesta referencia a la Tradición y/o la Biblia se afirman en que nada cambie más que en lo cosmético. Hoy, remedando el viejo y malvado ogro del comunismo, por ejemplo, repiten acríticamente palabras lo más vehementes y graves posibles contra la “ideología de género” y demás sandeces. Lo dicho recientemente por el cardenal hondureño, Rodríguez Maradiaga, el mismo que acompañó el golpe contra Mel Zelaya y que no logró despegarse del crimen contra Berta Cáceres, haciendo campaña en contra de Xiomara Castro lo revela mostrando un uso detestable de un versículo bíblico (¿aprenderemos, alguna vez, que un versículo no es palabra de Dios?).


Creo que la Iglesia actualmente necesita cambios de fondo (en lo ministerial, la relación con la sociedad, el diálogo con las culturas, la presencia impostergable de las mujeres, la apertura a los diferentes colectivos discriminados y muchos otros temas más, entre los que la llamada “opción por los pobres” no ha de ser una hermosa declaración sino un lugar desde el que hablar, pensar y decidir. 


Pero, precisamente por eso, no creo que esta reforma urgente nazca desde una estructura gerontocrática, patriarcal, monárquica, europea, esclerosada, sino que solo ocurrirá desde la resistencia y las bases, los pobres, las mujeres, indígenas, afro descendientes, etc…


Si no, será no solamente una pérdida de tiempo, sino desgaste de esperanzas, abandono de militancias y militantes y, además, manipulación de las cosas de Dios, como el honorable cardenal citado lo ha demostrado.”


Eduardo de la Serna