miércoles, 29 de septiembre de 2021

No existe un portador único de salvación…


 

“Con frecuencia, los cristianos no terminamos de superar una mentalidad de religión privilegiada que nos impide apreciar todo el bien que se promueve en ámbitos alejados de la fe. Casi inconscientemente tendemos a pensar que somos nosotros los únicos portadores de la verdad, y que el Espíritu de Dios solo actúa a través de nosotros.

Una falsa interpretación del mensaje de Jesús nos ha conducido a veces a identificar el reino de Dios con la Iglesia. Según esta concepción, el reino de Dios solo se realizaría dentro de la Iglesia, y crecería y se extendería en la medida en que crece y se extiende la Iglesia.


Y sin embargo no es así. El reino de Dios se extiende más allá de la institución eclesial. No crece solo entre los cristianos, sino entre todos aquellos hombres y mujeres de buena voluntad que hacen crecer en el mundo la fraternidad. 


Los cristianos hemos de valorar con gozo todos los logros humanos, grandes o pequeños, y todos los triunfos de la justicia que se alcanzan en el campo político, económico o social, por modestos que nos puedan parecer. Los políticos que luchan por una sociedad más justa, los periodistas que se arriesgan por defender la verdad y la libertad, los obreros que logran una mayor solidaridad, los educadores que se desviven por educar para la responsabilidad, aunque no parezcan siempre ser de los nuestros, «están a favor nuestro», pues están trabajando por un mundo más humano.


Lejos de creernos portadores únicos de salvación, los cristianos hemos de acoger con gozo esa corriente de salvación que se abre camino en la historia de los hombres, no solo en la Iglesia, sino también junto a ella y más allá de sus instituciones. Dios está actuando en el mundo.”


José Antonio Pagola

sábado, 25 de septiembre de 2021

Edad para vivir la vida…



“He venido a los años en los que no pierdo el tiempo con cualquiera. Abro puertas, cierro ventanas, guardo en un mapa las despedidas… y las soplo hasta que se pierdan.

Nadie viene a comprar porque nada tengo en venta. Lo que hay es lo que soy.

Pienso más, hablo menos y cambio las discusiones por silencios.

No tengo miedo a la derrota y no me asombra el éxito. A los dos conocí y no me quedé ninguno.

He venido a los años en los que sé que el mejor regalo nadie me lo puede devolver porque está en el cielo; aunque doy las gracias si me ayudan a improvisar la vida.

No me canso de retar los vientos porque no me asustan los naufragios. Ya viví en una isla.

He venido a los años en los que me agarro a los acordes de la vida y a un verso libre que no rima con nadie. Ya no cuento historias, solo las vivo. Las de verdad, las que no son mentira.

He venido a la edad en la que no cumplo años, solo días; en los que se ama con el corazón y se piensa con la cabeza.

Y he llegado con atascos y lluvia, curvas y barro, con inviernos de nieve y veranos largos de desierto.

Ya no sé la edad que tengo. Tampoco me importa. No entiendo de números. Solo de letras: Tengo los años justos para vivir la vida.”


Emilio Leiva 

martes, 21 de septiembre de 2021

Sabiduría…


 

“Felices para quienes todas las experiencias de la vida contienen una enseñanza que nunca conviene desaprovechar.

Felices quienes saben que la vida no solo les ofrece buenos momentos y comprenden que los dolorosos y negativos también forman parte de ella.


Felices quienes recuerdan sin añoranza el paso de la primavera impetuosa, del verano ardiente, para entrar poco a poco con gozo en el otoño maduro de la vida.


Felices quienes no buscan la sabiduría solo en la ciencia, en la tecnología o en poseer una gran cantidad de conocimientos.


Felices quienes vislumbran la sabiduría en los hechos cotidianos, en los sucesos que adquieren una significación, una motivación, una búsqueda.


Felices quienes se dejan iluminar por la experiencia de la gente sencilla, de las personas humildes, de los que no tienen muchos estudios, pero que nos comunican la gran sabiduría de sus vivencias personales.


Felices quienes se dejan sorprender y enseñar por los pueblos originarios, por los indígenas, por sus sabias costumbres, festivas, culturales y religiosas.


Felices quienes alcanzan la sabiduría por la contemplación, el silencio, la escucha, el diálogo, la compasión, la reflexión serena y atenta y el compromiso social, humano, solidario.”

 

Miguel Ángel Mesa Bouzas

jueves, 16 de septiembre de 2021

Necesidad de auténtica limpieza…



 “La Iglesia necesita una buena limpieza. Pero una limpieza a fondo y de verdad. Será necesario revisar no pocos cánones del Derecho Canónico vigente. Será necesario revisar la Teología.

Pero, sobre todo, lo más urgente, lo más apremiante, tendría que ser: hacer las cosas de manera que la vida en la Iglesia y el proyecto de vida de Jesús, tal como lo,presenta el Evangelio, sean de verdad una misma cosa. 


Mientras no orientemos todo en esta dirección, estaremos dando palos de ciego.


Por ejemplo, es indignante que haya en la Iglesia no pocos clérigos que se parten la cara por limpiar la sociedad de homosexuales, al tiempo que se callan ante los corruptos, los embusteros y los que descaradamente nos quieren imponer una sociedad en la que unos pocos potentados se impongan a millones de criaturas que no pueden tirar de la vida ante tantas injusticias como las que estamos viviendo.”


José Mª Castillo

domingo, 12 de septiembre de 2021

Son problema: clericalismo y un inhumano derecho canónico …



 “Un obispo dimite y anuncia que se ha enamorado y, supongo, proyecta compartir su vida con la persona de la que se ha enamorado. ¿Y? ¿Dónde está el problema?

El problema es el sistema eclesiástico que hace que toda esta historia, siendo tan humana, haya de ser vivida de manera dolorosa e inhumana por tantos lados. El Derecho Canónico por el que se rige la Iglesia católica: eso es lo más inhumano de toda esta historia.


El problema es que haya tenido que dimitir para poder compartir su vida con la mujer que ama. Y ello a pesar de que todos los apóstoles, apóstolas, clérigos y obispos de los primeros siglos que lo quisieran se casaban. El problema es que la Iglesia católica aún no se ha reconciliado con el cuerpo, la sexualidad, el eros, y sigue absurdamente empeñada en imponer el celibato a su “cuerpo clerical”, para mejor manejarlo. El precio de dolor es enorme.


El problema es que ningún obispo es elegido por la comunidad, sino por un papa supremo, es decir, por las oscuras camarillas que lo dirigen.


Seamos honestos: el problema es el clericalismo que rige la institución eclesial, toda ella. El problema es una Iglesia dominada todavía por un poder absoluto (difuso, oscuro y anónimo por definición), por un clero masculino nombrado a dedo, machista y homófobo en el fondo (y en la forma a menudo). El problema son los seminarios en los que –cada vez más– se siguen inculcando ese modelo y esa doctrina en nombre de lo que llaman “Dios”. He ahí el problema de hoy y de mañana.”


José Arregi

viernes, 10 de septiembre de 2021

Nada más…



No tener nada

No llevar nada.
No poder nada.
No pedir nada.
Y, de pasada,
no matar nada;
no callar nada.

Solamente el Evangelio, como una faca afilada.
Y el llanto y la risa en la mirada.
Y la mano extendida y apretada.
Y la vida, a caballo dada.

Y este sol y estos ríos y esta tierra comprada,
para testigos de la Revolución ya estallada.

Y “mais nada” !


Pedro Casaldaliga 

lunes, 6 de septiembre de 2021

Sagrada libertad…



Para la libertad, sangró, lucho, pervivo.

Para la libertad, mis ojos y mis manos,

como un árbol carnal, generoso y cautivo,

doy a los cirujanos.

Para la libertad siento más corazones

que arenas en mi pecho: dan espumas mis venas,

y entro en los hospitales, y entro en los algodones

como en las azucenas.

Para la libertad me desprendo a balazos

de los que han revolcado su estatua por el lodo.

Y me desprendo a golpes de mis pies, de mis brazos,

de mi casa, de todo.

Porque donde unas cuencas vacías amanezcan,

ella pondrá dos piedras de futura mirada

y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan

en la carne talada.

Retoñarán aladas de savia sin otoño

reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida.

Porque soy como el árbol talado, que retoño:

porque aún tengo la vida.


Miguel Hernández 

jueves, 2 de septiembre de 2021

Cristianismo: una experiencia de vida…


 

“El cristianismo no es un programa. Es una experiencia de vida, un modo de estar en el mundo desde la confianza en una promesa.

Arraigado en la fe-confianza en la persona y la promesa de Jesús, el cristianismo propone un estilo propio de vida buena y de buena vida. Una forma alegre, responsable y generosa de morar en este mundo donde son centrales el cuidado de todo lo viviente y el trabajo en favor de la justicia.


Nos invita a transformar lo que a menudo es tierra hostil o desierto inhóspito en un mundo más humano y en un hogar habitable.


Estoy convencida de que una de las tareas más urgentes para nuestras teologías es sacar a la luz y articular esta propuesta de vida feliz en los nuevos contextos sociales y en el horizonte de la globalización.”


Lucía Ramón