“Necesitamos alumbrar una nueva humanidad y una humanidad nueva que denuncie unas estructuras socioeconómicas basada en la concentración de las riquezas en las manos de unos cuantos, saqueando los recursos naturales de los países a través de la deuda y a través de la violencia y de la guerra.
Una humanidad nueva que denuncie una cultura dominante basada en el individualismo, el consumismo, el productivismo y el sálvese quien pueda.
Una humanidad nueva que derribe muros y fronteras hechas de dolor y de exclusión, que derribe los muros de los CIEs, de los campos de refugiados, de la pobreza, del racismo y la xenofobia, que elimina las concertinas.
Una humanidad nueva que quiere un trabajo digno y decente, no el paro ni la precariedad, que quiere la plena igualdad entre mujeres y hombres, no la discriminación ni la violencia machista, que quiere que cualquier persona con dificultades encuentre una administración pública que lo proteja y un entorno familiar y social que le ofrece acompañamiento y solidaridad.
Una humanidad nueva que quiera establecer puentes, una cultura de comunión y del bien común donde nadie quede atrás, una cultura de la paz, la justicia, el perdón, la fraternidad y la libertad. Una cultura donde todos los derechos humanos se hagan realidad.
Una humanidad nueva, donde los inmigrantes, los refugiados, los parados y paradas, los trabajadores y trabajadoras con trabajos eventuales y precarios, donde los mayores que viven en soledad y abandonados, las familias rotas por el motivo que sea, las personas que viven humilladas y pisoteadas, encuentren la caricia, el beso y el abrazo que les dé fuerza para recuperar su autoestima y su dignidad.
Tenemos que ser constructores de ese mundo lleno de vida y vida en abundancia. Construyamos este mundo nuevo siendo nosotros y nosotras, en nuestras vidas, expresión de ese cambio que queremos que se dé en la sociedad, compartiendo con todos aquellos que convergemos, desde ideales y credos diferentes, en que la persona y su dignidad deben ser lo primero, renunciando a la avaricia, la codicia, la ambición, la envidia, la soberbia, el poder y la violencia.”
Joaquín Sánchez