“La Palabra o Energía o Espíritu o Dios habita, anima y une el corazón del Cosmos. Se expresa en la onda y la partícula, en la piedra, la planta y el animal. Se hace carne viviente, sintiente, inteligente. Habla, responde, ama de diversas maneras en todas las formas cambiantes que fueron, son y serán.
Se hizo y seguirá haciéndose carne en todas las especies humanas que han existido en este planeta y en las especies posthumanas o transhumanas que existirán después del Homo Sapiens. Pasarán las lenguas, pasarán las religiones, pasarán las Iglesias y el cristianismo con todos sus dogmas, pero seguirá la Encarnación, la llamen como la llamen.
Hoy, en esta Navidad y cada día, yo contemplo el Alma y la Gloria de la vida en la carne palpitante de Jesús y, con toda mi pobreza, yo también la quiero encarnar.”
José Arregi