jueves, 6 de febrero de 2020

No es justo mantener privilegios...


"Me dirijo en particular a los obispos católicos del Estado español, tan aferrados aún a status, prejuicios y poderes del pasado como, por ejemplo, a sus cuantiosas exenciones fiscales.
Me parece bien que queden exentos de impuestos los templos y lugares de servicio público en uso, pero solo eso, nada más que eso, de ningún modo, por ejemplo, los palacios episcopales y las casas y garajes curales, y que se aplique a la Iglesia católica la misma ley que se aplica a las otras iglesias y religiones, la misma que rige para las ONGs, sindicatos y partidos políticos. ¿O es que conocen los obispos algún político o sindicalista o miembro de alguna ONG que no pague el IBI por el domicilio particular y su garaje? Sería un delito. Tan aferrados también a la suculenta casilla de la Declaración de la Renta, por la que la Iglesia católica se queda todavía con el 0,7 del impuesto que pagan religiosamente todos los ciudadanos que no dispongan lo contrario.
Tan aferrados a sus vergonzosas inmatriculaciones de bienes que fueron y han de seguir siendo de todos. Y a su insistente exigencia de que se imparta la asignatura de la religión católica en el sistema público de la Enseñanza, y la impartan profesores nombrados por los obispos y sean pagados, eso sí, con fondos públicos, con el dinero de todos. Y por si fuera poco, ahora, de la mano de la derecha más extrema, defienden el veto parental para impedir que los hijos asistan a charlas de educación sexual o de respeto a los LGTBIQ en la escuela de todos. ¡Qué bochorno para los que aún nos sentimos y vamos a la iglesia!"

José Arregi