lunes, 14 de octubre de 2019

Celibato obligatorio: inmadurez sexual y afectiva


"En el ámbito eclesiástico, todavía colean en los medios periodísticos ecos y procesos sobre los abusos de clérigos a menores y el correspondiente encubrimiento de la jerarquía. Tampoco faltan comentarios sobre embarazos de religiosas forzadas por la prepotencia y el dominio clerical sobre las personas. Ha quedado de manifiesto que, en la Iglesia, el abuso sexual ha constituido una práctica generalizada, institucionalizada. Y sin embargo sigue aún vigente el celibato obligatorio.
¿El celibato suprime el impulso sexual?La doctrina cristiana católica proclama, casi como dogma, que “la castidad integra la sexualidad en la persona, acrecienta el dominio de sí mismo e imita la pureza de Cristo”; y además, en el caso de los consagrados, el celibato facilita de manera eminente la dedicación exclusiva a Dios. Esta visión miope, restrictiva, cuando no negativa, sobre la sexualidad descansa en dos imaginarios supuestos: que la abstinencia sexual es clave para la perfección personal y espiritual y que, además, es posible practicarla de por vida. Insostenibles afirmaciones engañosas y quiméricas. Ahí tenemos los abusos practicados, en diversos tiempos y espacios, por perversos y pervertidos personajes de toda la gama clerical.
El deseo sexual es un impulso primario, innato en todo ser humano. Las leyes biológicas ni envejecen ni mueren. El impulso sexual es una básica exigencia de la naturaleza, y la abstinencia prolongada incrementa, como en el resto de las necesidades vitales, la fuerza del impulso sexual, por mucho que se la intente exaltar como virtuoso ascetismo. 
La preparación de los futuros sacerdotes se produce en los seminarios. Los seminarios responden a la idea inicial de captación, afirmación de la vocación y seguimiento de la profesión de sacerdote, el sacerdocio como “medio de vida”. Todo ello se realiza bajo el marco establecido por la Iglesia. La institución se erige en el único organismo dotado de los instrumentos y verificaciones indiscutibles con los que educar a sus futuros miembros.
Resultado. Muchos llegan a ser intelectual y físicamente adultos, pero social, emocional, afectiva y sexualmente inmaduros.
Resulta primordial deslindar y precisar la distinción entre “ley del celibato” e “ideal del celibato”. Y sustituir “obligación” por “recomendación”. Y la reforma significaría revocar la ley del celibato obligatorio."

Pepe Mallo

(artículo completo en la página de Redes Cristianas)