“Página en blanco,
oído que me escucha
sin el más mínimo ruido,
retina que me acoge
sin distorsión y sin juicio,
espejo fiel y veraz
en quien me digo,
amiga que no apresa
mis rasgos vacilantes,
libertad que me ofrece
todos los caminos,
confidente gratuita
si tacho, enmiendo y rompo,
espera que no urge,
regalo que no exige,
herencia vegetal
de bosques centenarios.
¡Cada día te ofreces
más imagen del Dios
tan silencioso
y tan cercano
en quien me escribo!”
Benjamín González Buelta