“Creo que hay especialmente cuatro aspectos que han deteriorado enormemente la credibilidad de la iglesia:
Su tendencia a adoctrinar más que a escuchar y su resistencia a entrar en dinámica de dialogo hondo ante la complejidad de lo humano.
La cuestión de la pederastia y la violencia sexual al interior de ella misma, el secretismo como se han gestionado y su insensibilidad ante las víctimas.
La discriminación de las mujeres en el acceso a los ministerios y los lugares de toma de decisiones, la demonización de los feminismos.
La defensa de sus propios intereses y la de su mantenimiento, antes que los intereses de los más empobrecidos y empobrecidas desde una perspectiva de la justicia.”
Pepa Torres Pérez