“En lo que a mí se refiere, puedo decir honestamente que comento el evangelio desde ningún púlpito desde la experiencia. Y en esa experiencia se me regala un lenguaje universal, en el que todos podemos entendernos, sin particularismos ni, mucho menos, exclusivismos. Considero que es el lenguaje de la espiritualidad, que trasciende el lenguaje religioso.
Por eso, los comentarios giran en torno al "Dios de la Vida", no al "Dios" de una religión particular. Dios no se circunscribe a los límites de una religión concreta. Es la Fuente de la Vida que nada deja fuera. De ahí que las personas religiosas debamos estar atentas al riesgo de “separar” (creyentes/no creyentes) que, por su propia dinámica, acompaña a todas las religiones. Lo que ahí se juega es muy importante, porque cada vez que se excluye a alguien, se está falseando e incluso pervirtiendo el Rostro de la Divinidad.
Por eso creo que, valorando la riqueza propia de cada religión, tenemos que dar un paso más... hacia el Horizonte o Territorio al que las religiones (mapas) apuntan: ese es el camino de la espiritualidad. Algo que vemos en el propio Jesús: él no fue un hombre "religioso", sino un hombre "universal" (
Jesús trasciende definitivamente la religion. Por eso, en su propuesta podemos encontrarnos todos, seamos religiosos o no. El pone palabras a lo que dice el corazón humano.”
Enrique Martínez Lozano