“Nadie ha nacido para ser esclavo. La libertad es el grito de la humanidad. No hay pueblo que no haya luchado por ella. Pero la libertad auténtica va acompañada de la justicia. No hay libertad sin justicia social, como tampoco hay justicia social sin libertad. Esto es la paz.
El reino de Dios es un reino de paz, expresión de una sociedad justa, fraterna y solidaria, donde abunda la vida para todos.
Lo opuesto a la paz es la injusticia, la opresión y la corrupción. Éstas engendran violencia con todas sus variantes. Las distintas manifestaciones de violencia tienen su origen en un sistema social injusto, prepotente, inhumano y excluyente.
La paz sólo es posible donde reina la justicia y el respeto a todo hombre y mujer. La espiritualidad de la paz emana de un corazón pacífico, amante y respetuoso de la vida, y lleva consigo el compromiso por erradicar las causas que generan la violencia.”
Fernando Bermúdez López