“Apareces como un grito salvaje
Nacido de mi propio y misterioso abismo
Canción intraducible
De las entrañas
De mis más íntimos planetas
Retornas a mí
Como mi dulce luna callada
Es medianoche
Y vigilas mi corazón
Como un sol invisible
Es medianoche
Y me persigues
Ofreciéndome la verdad que necesito
Velas mi infierno
Afligido y lloroso me despierto
Mi casa oscura está rebosante de cometas.
El amor enamora
Cuando brota de sí mismo
Sin la intervención del hombre
Su mejor instante
Es cuando se oculta
peregrino del aire
Y vuela perdido
Hasta los confines del mundo.
Escribirte
Es como escribir a mi corazón...”
Thomas Merton (poema para M.)