lunes, 9 de septiembre de 2019

Justicia y compasión en un mundo desigual...


"Hemos constatado el racismo y la xenofobia hacia las personas que vienen a los países más favorecidos, huyendo de la guerra, de la miseria y de  regímenes dictatoriales; las crecientes desigualdades por razones de género, etnia, cultura, religión, identidad sexual y clase social; las agresiones contra la dignidad de la personas más vulnerables de la sociedad, como la pederastia dentro de las instituciones eclesiásticas con el silencio, el encubrimiento y la complicidad de las altas jerarquías; la la legtbiqfobia, fomentada con frecuencia por discursos religiosos homófobos; el sexismo, alentado por las condenas eclesiásticas contra la llamada “ideología de género”; el deterioro del sentido de lo colectivo.

La compasión es principio de humanidad. Sin ella no hay vida humana, sino guerra de todos contra todos. Es necesario tener compasión con la naturaleza y con nuestros congéneres para combatir el sufrimiento eco-humano.

La compasión es la opción fundamental de Dios ante el sufrimiento humano y la explotación de la naturaleza, la opción fundamental de Jesús de Nazaret que se solidariza con las víctimas y el principio de toda teología solidaria con el dolor de las personas inocentes. Constituye uno de los principios fundamentales de todas las religiones y espiritualidades: proféticas, místicas, sapienciales, indígenas, afrodescendientes.

Creemos necesario leer la Biblia desde la perspectiva feminista, descubrir su carácter intercultural, buscar sus raíces afro-asiáticas, deconstruir la violencia sexista presente en ella, recuperar la genealogía de las mujeres, reconocer su papel como protagonistas de luchas y resistencias, aprender de las mujeres compasivas, que son portadoras de luz y utopía y ejemplo de ternura y de justicia.

Nos consideramos continuadores del cristianismo de liberación como un acontecimiento de especial relevancia histórica, que ha creado una nueva eco-fraternidad-sororidad entre la Madre Tierra, las personas revolucionarias cristianas y las ateas o agnósticas. Fieles a dicho cristianismo nos comprometemos a llevar a cabo una rebelión ético-evangélica global, política, económica y cultural contra los diferentes sistemas de dominación: capitalismo, colonialismo, patriarcado, fundamentalismo, xenofobia y antropocentrismo depredador de la naturaleza con la mirada puesta en la Utopía de Otro Mundo Posible, donde la justicia y la compasión sean los principios morales que guíen nuestra vida."


Fragmentos del Mensaje del 39 Congreso de Teología Juan XXII en Madrid