“Los cristianos de las primeras comunidades se sienten antes que nada seguidores de Jesús.
Por desgracia, tal como es vivido hoy por muchos, el cristianismo no suscita "seguidores de Jesús", sino adeptos a una religión. No genera discípulos, que, identificados con su proyecto, se entregan a abrir caminos al Reino de Dios, sino miembros de una institución que cumplen, mejor o peor, sus obligaciones religiosas.
La renovación de la Iglesia está exigiendo hoy pasar de unas comunidades formadas mayoritariamente por "adeptos" a unas comunidades de "discípulos" y "seguidores" de Jesús”. En definitiva, se ha fomentado más la Religión que la Fe.”
Jose Mª Castillo